domingo, 20 de marzo de 2011

Lo han conseguido, me han superado.

Ni siquiera sé qué escribir. Cada vez que intento hacer algo me bloqueo y me desespero. He intentado estudiar, hacer los deberes, jugar a algo, distraerme, hablar... y NO PUEDO.
No puedo, estoy tan mal que ni siquiera sé... qué me pasa. Quizás sea esa manía tan perfeccionista de intentar hacer las cosas bien siempre a la primera. Tal vez sea eso lo que me ha llevado al desesperarme al contemplar la posibilidad de que aquello sobre lo cual he fundamentado mi vida puede ser falso. El miedo es mayor. Yo, que por naturaleza soy insegura, ahora que ya no tengo nada fijo a qué aferrarme me siento sola y desprotegida ante el mundo... Y sólo sé que ahora mismo no soy capaz de seguir. Que mi único apoyo es esa persona que me abraza cada mañana, él. Pero tengo tantísimo miedo a estropearlo, que se vaya, y quedarme sola, que mis nervios están de punta y yo estoy totalmente tensa.

En serio, esto es insoportable.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Una reflexión interior

Siempre he sido consciente de que nuestra sociedad no es perfecta. Cada vez que salía el tema, cada vez que lo escuchaba en la televisión, cada vez que oía a mis amigos hablar no muy bien de ella... Siempre adoré escribir mi propia crítica social, siempre me desahogué echando en cara sus defectos en mis textos. Pero sobretodo, siempre ha estado presente la agresividad y el odio a la hora de abordar dicho tema.
Nunca entendí por qué... ¿A causa de qué, tanto rencor, tanta violencia? He intentado escribir (para reflexionar mejor) análisis sobre mi pasado para encontrar el motivo, y todos se han quedado en simples documentos sin final. Es verdad eso que dicen de que sin inspiración no se llega a ningún sitio... porque después de tantos meses, las causas seguían siendo ocultas para mí; y ha sido ahora cuando me disponía a tomar un descanso del libro de economía cuando he visto ese flash que me reveló todo lo que yo necesitaba saber. Así... en menos de medio minuto y sin siquiera estar reflexionando sobre ello he encontrado lo que deseaba después de tantos meses de busca inútil.
La solución es tan simple como compararme a mí con el resto de jóvenes de mi entorno. Es tan simple como darse cuenta de que mientras los jóvenes se emborrachan (que no beben), gastan todos sus sábados en la discoteca, pierden la virginidad muy temprano, van al instituto solamente por obligación, y muchas cosas más... yo soy todo lo contrario: a mis casi diecisiete años jamás me he emborrachado, y podemos decir que solamente una vez en mi vida he "bebido", que jamás he pisado una discoteca un sábado, que aún permanezco virgen, que estudio porque quiero seguir haciéndolo... Sí, soy diferente junto con un puñadito más de personas que quedan como yo. El resto de sociedad joven, aún no se por qué, muestra un desprecio hacia nosotros.
Ciega por mi agresividad, he tratado de clasificar a las personas en dos grupos. "Sociedad hipnotizada" y una especie de "anarquistas antisistema". Hoy me he dado cuenta de que es una clasificación imposible, puesto que todas las personas tienen un poco de ambas. Lo que les falte de "anarquistas" lo tendrán de borregos.
Entonces hoy, me he dado cuenta, de que mi violencia hacia la sociedad es un intento por hacer recíproco ese sentimiento de rechazo, y lo he devuelto exactamente de la misma manera que yo lo percibía.
Dicho esto, espero que todos sepamos reflexionar, y darnos cuenta de que todos somos diferentes, de que la sociedad no va a dar un cambio radical y que lo mejor que podemos hacer es respetarnos los unos a los otros tal y como seamos. Que estamos todos hartos de escuchar la palabra respeto pero nunca la llevamos a cabo.
Un saludo :)
Silvy.