viernes, 9 de abril de 2010

Noche Mágica...(*)

Para quienes sabemos la verdad, ha perdido toda fantasía, pero para aquellas criaturas inocentes que siguen viviendo con la certeza de que esa mentira es cierta, es la noche más mágica y fantástica del año.Por la mañana ya comienzan los nervios, apenas faltan unas horas. Este estado aumenta a lo largo que el día pasa, que las horas corren, que el momento se acerca.Ya oscurecido el cielo, da comienzo la cabalgata de reyes. Señores disfrazados de Melchor, de Gaspar, de Baltasar, de pajes... Señores con vestimentas anchas y coronas de plástico que parecen de oro y con joyas auténticas. Señores disfrazados que en sus carrozas construidas con un mes de antelación, cargan paquetes vacíos envueltos con papel de regalo. Una mentira de nuevo. Los niños y niñas creen que esos señores disfrazados con barbas de pega, coronas y joyas de plástico, carrozas hechas a toda prisa y sin amor y paquetes vacíos son de verdad Reyes Magos de oriente que han llegado en un viaje de apenas unas horas. Pero claro... ellos son mágicos, nada hay imposible para ellos. ¿Y si quisieran llegar en cinco minutos? Da igual, son los Reyes Magos, capaces de todo con su magia. Ni que fueran Dios...Un niño con su abrigo azul, sus pantalones vaqueros, sus zapatos blancos, su bufanda blanca y su gorro azul, observa a esos imitadores fascinado. Una niña con su vestido, su abrigo rosa, sus guantes malvas, y su melena rubia que apenas llega a los hombros escucha con atención a esos falsos Reyes Magos, que no son más que impostores. Escucha con atención, y cuando preguntan que si se han portado bien, dice lo mismo que todos los niños: ¡Sí!. Pero ningún niño se ha portado bien del todo en realidad.Por la noche mientras duermen, sus padres sigilosos colocan los paquetes sin hacer ruido y se van a dormir. A la mañana siguiente, cada niño en sus casas abre sus regalos y la felicidad llega a sus inocentes almas. Una sonrisa se dibuja en sus caras, sus rostros se iluminan de alegría. Sin esperar más, salen al parque a estrenar sus juguetes nuevos.Unos años más tarde, que ya no viven en esa mentira, la mañana de reyes no es tan especial, no es tan feliz, es tan sólo una mañana algo más especial, que ha perdido toda la magia, toda la fantasía, toda la ilusión.Una pizca de tristeza y de añoranza se presenta en sus sentimientos. ¿Quién no quisiera volver a ser niño para abrir los regalos con las mismas ansias? ¿Para volver a sentir la felicidad igual que hace tantos años? Ahora es una felicidad algo más indiferente, algo menos alegre, algo más rutinaria. No tan mágica, no tan fantástica, tan sólo un poquito más especial.

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